Josep de Togores i Llach (Cerdanyola del Vallès 1893 – Barcelona 1970), hijo del cineasta y mecenas Josep de Togores i Muntadas, es uno de los principales representantes del realismo mágico en España. Evolucionó del modernismo al arte de vanguardia para acabar inscribiéndose en la figuración de aire tradicional. A los trece años se quedó sordo y la familia se instaló de forma permanente en su casa de Cerdanyola hasta 1914, aproximadamente. En el pueblo, Togores se inició en la pintura y pronto comenzó a cosechar éxitos. Una de las obras más conocidas de la época fue El boig de Cerdanyola (El loco de Cerdanyola), presentado en la Exposición Internacional de Bruselas de 1910. En 1919 se marchó a París y, al cabo de dos años, fue contratado en exclusiva por Daniel-Henry Kahnweiler, marchante de Picasso, Léger, Gris, o Manolo Hugué. Por aquel entonces, Togores estaba inmerso en el neoclasicismo, y comenzó a exponer en Francia, Alemania y Estados Unidos. De 1928 a 1930 se introdujo en el surrealismo. El año siguiente rompió el contrato con Kahnweiler, volvió a Cataluña y se integró en las corrientes conservadoras de la pintura catalana de posguerra, hasta que murió en 1970.
El museo cuenta con óleos, dibujos, carteles, litografías y documentación diversa que muestran la evolución de la trayectoria de Togores: modernismo, novecentismo, realismo mágico, surrealismo y realismo tradicional.
El cuadro Un borratxo es una de las obras más representativas de la etapa de Cerdanyola y refleja el modernismo de Anglada Camarassa, Mir, Raurich, o Néstor. El dibujo de su hermano, Manuel de Togores, evidencia la influencia de Picasso y Sunyer, y es un claro precedente de la nueva objetividad alemana. El museo también cuenta con un desnudo femenino representativo del neoclasicismo moderno de Togores, Femme avec raisin, una Venus moderna alegoría de la fecundidad y el placer. La incursión de Togores en el surrealismo y la abstracción queda plasmada en algunas obras de la serie de litografías que realizó para la galería de Kahnweiler. Finalmente, la defensa del realismo que caracterizó su retorno a Barcelona y, también, los años de la posguerra española, se refleja en el cuadro Home jove amb llibre. La sala también acoge obras de otros autores cercanos a Togores, como los escultores Manolo Hugué (Barcelona, 1872 – Caldes de Montbui, 1945) con la cabeza de Tití de Togores –la hija mayor del pintor-, una terracota de Manolo que gustó mucho a Picasso; Ernest Maragall (Barcelona, 1903 – Caracas, 1991) i Joan Rebull Reus, 1899 – Barcelona 1981).
SALA TOGORES