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LA VIRTUT

 

Barcelona, 1910

Guix patinat

Josep Llimona

Barcelona, 1864-1934

 

 

 

 

 

 

 

 

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Se trata de una representación alegórica que muestra la figura de una mujer joven, vestida con una túnica que le llega hasta los pies y un velo que le cubre la cabeza, con un ramillete entre las manos, ceñidas en el pecho. Tiene los ojos cerrados en actitud de plegaria o recogimiento. 

La escultura mantiene las características formales de la obra del artista, como los volúmenes de los pliegues ondulantes claramente modernistas, y las facciones poco definidas del rostro que le confieren un efecto difuminado, poco definido, también llamado "sfumato" (un término italiano a menudo aplicado a la obra de Leonardo da Vinci). 

Se trata del yeso original realizado a partir del modelo en barro, y está patinado, conservando los puntos de lápiz que sirvieron de referencia para pasar la escultura a la pieza definitiva a partir de la máquina de puntos.

El original hace 90 cm. de altura, la mitad que la definitiva en piedra. Fue realizada en 1910 para la fachada del edificio de Caixa Sabadell, proyectado por el arquitecto Jeroni Martorell. En la misma fachada hay una alegoría del trabajo, simbolizado por el herrero.  

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La pieza conservada en el Museo de Arte de Cerdanyola proviene del taller del escultor Francesc Juventeny, discípulo de Josep Llimona y de Josep Viladomat. En el mismo taller se podían encontrar otras piezas de Llimona, ya que Juventeny fue el encargado de realizar algunas replicas post mortem de obras de su maestro, como la Virgen del claustro del Convento de Pompeia de Barcelona, destruida durante la Guerra Civil. Se desconoce si la Virtud llegó al taller de Juventeny por el encargo de una copia o si se trataba de un recuerdo de su maestro. 

La obra presentaba algunas perdidas de pátina y desperfectos en el rostro, y fue restaurada en el año 2007 por el especialista Samuel Mestre. 

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Iconográficamente, el tema de la Virtud aparece a menudo en la historia del arte. En la teología católica, las Virtudes Morales o Virtudes Cardinales son aquellos modelos de conducta que disponen la voluntad y el entendimiento humanos para obrar según la razón iluminada por la fe cristiana. 

Se diferencian de las Virtudes Teologales en que no tienen como objeto el acercamiento a Dios, si no el desarrollo de una conducta buena y honesta. Aunque desde época medieval los teólogos han intentado justificar su existencia a partir de algunos textos de la Biblia, en realidad su origen está en la filosofía clásica. Platón describe en La República cuatro virtudes principales, así como la manera en que un individuo puede conseguirlas: la Prudencia, que se deriva del ejercicio constante de la razón; la Fortaleza, que se ejerce mediante una conducta adecuado para cada caso, obrando según las emociones o el espíritu; la Templanza, que es la capacidad de hacer que la razón se anteponga al deseo; y la Justicia, que lleva a un estadio moral superior dónde todo está en perfecto armonía. En el caso de la escultura de Llimona, la Virtud representa el ideal de los valores morales que la sociedad de la época otorgaba a la mujer, en contraposición a la fuerza y al trabajo, simbolizados por el hombre. Las dos alegorías completaban el programa iconográfico de la fachada de Martorell, traspasando así esos valores a la institución. 

 

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Escultura modernista de Josep Llimona de 1910, per l'edifici de Caixa Sabadell.
Escultura modernista de Josep Llimona de 1910, per l'edifici de Caixa Sabadell.
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